Google Earth
Bruno Marcos
Bajamos el google earth, ese programa que te permite ver el mundo desde el espacio, y, desde él, bajar hasta tu casa. Todo el mundo lo primero que hace es buscar su casa, será para ver que realmente existen.
Palín, como un copiloto inquieto -mi pequeño saltamontes-, sobre mi hombro, viaja conmigo y me increpa y me llama torpe en el manejo de la nave. Yo, efectivamente, me ofusco al pensar en el ojo del universo, el ojo de dios en ese satélite. Después de enseñarle mi casa él me enseña la suya y, luego, le llevo a ver la ciudad en que nací y aparece, como un caracol paralizado, la playa de la Concha, visible a seis mil metros. Hace casi un año Lópezlópez me arrastró hasta el barrio en que vivía. No reconocía nada, los bloques nuevos se habían tragado los recuerdos. De forma inexplicable mandé parar en un punto determinado el coche y dije: "Creo que es aquí, esta era mi casa". Todo distinto, más pequeño. Miré al suelo y un trozo de mármol me devolvió la seguridad de que aquel era el sitio. Algo que no veía ni tocaba hacía casi treinta años y recordaba su temperatura, su textura.
El google earth no baja más y encendemos los motores para volar a otros sitios.
-¿Én qué sitios del mundo has estado Bruno?
-He dado la vuelta al mundo.
Recorremos el Nilo a una altura de cuatro mil metros. No sé por qué está negro.
-Ves la orilla derecha... está llena de edificios y la izquierda deshabitada, es así porque desde hace más de cinco mil años la orilla izquierda es la morada de los muertos.
4 Comments:
todo el mundo tiene corazón de voyeur,tú no ibas a ser menos.Buenos días ojociego!
un artículo cada día,qué disciplina Jeremías!dónde están las lamentaciones de antaño?
se acerca la gripe aviar,cuidate Cuervo.
tuju... tuju...
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